En realidad no tenía pensado escribir este artículo, pero como mis hijas de cuatro años están hartas de oírme patalear y demás improperios cuando pasamos con el coche por la temible autovía A-55, me he decidido a hacerlo.

Sucede que los que pasamos casi a diario por esta horrible carretera nacional, convertida después en una especie de autovía en la que no puedes pasar de 60-80km/h sino quieres que tu vida corra peligro; ahora tenemos nuevos inconvenientes.

Pues si ya de por sí esta carretera no fuera ya lo suficientemente peligrosa, resulta que nos ocultan desde hace algún tiempo "por nuestra seguridad" y detrás de los paneles informativos, dos radares bajando de Puxeiros hacia Porriño. Por si esto no fuera suficiente, desde hace unos meses y en estos tiempos de crisis, que hace que se les agudice el ingenio recaudatorio de la administración; nuestros dirigentes en general y la DGT en particular han tenido una sobresaliente idea. ¿Y qué se les ha ocurrido esta vez?... ¿Cambiarán de una vez el trazado para mejorar la seguridad?... Pues nada de eso, lo que han hecho es pintar las líneas de la carretera de amarillo y colocar unas señales de obra de 60km/h donde antes estaba a 80km/h, simulando así unas obras que jamás han existido, mientras que los radares (vigilantes de nuestra seguridad) disparan al pasar de 60km/h.

En fin, aunque llevemos ocho meses sin Gobierno, parece que hay alguien por ahí que tiene y pone en práctica brillantes ideas para seguir esquilmado nuestros bolsillos de una forma indigna y deshonesta.

Por tanto amigos, precaución al volante y con la DGT que a través de radares ocultos y ahora también cámaras, velan por nuestra seguridad.