Hoy sumergidos en pleno verano, en algún momento entre baño y cañas miramos de reojo cómo va la cuestión política. Tenemos claro que no se puede ir a una tercera contienda electoral. Sería un gran fracaso. Pero esto parece no haber sido entendido del todo por algún político que solo piensa en clave personal y sigue obstinado en jugar al bloqueo institucional para la formación de un gobierno presidido por el Partido Popular.

Pedro Sánchez con la arrogancia y osadía que le caracteriza y sin ningún espíritu autocritico, ha vuelto a dejar claro ante el Comité Federal de su partido que habrá un gran no a tres planteamientos clave. No a la gran coalición, no a apoyar al PP en la investidura y no a apoyar a un gobierno del PP desde fuera. Que de abstenerse para favorecer la investidura de Rajoy, nada de nada. "Los socialistas votaremos en contra" dijo. La aritmética parlamentaria evidencia claramente que la abstención del PSOE es clave para que no vayamos a unas terceras elecciones. Es más, dejó entrever que tampoco intentará presentarse a una posible investidura -eso está por ver- y que su intención es ser oposición. Para esto último es imprescindible que haya un gobierno.

Creo poder adivinar cuál es hoy por hoy la motivación del "líder" socialista. Conociendo su animadversión hacia Rajoy y todo el PP, hoy solo tiene en mente un único objetivo. Hacer que Mariano Rajoy fracase en su intento de ser investido presidente, al igual que él, y no ser el único candidato de la historia de la democracia que no superó el trámite de la investidura ni en primera ni en segunda vuelta. "Tú como yo", debe estar pensando.