Después de aquel clarete o rosado, mosto, sangría, vino de verano, ahora tenemos el vino azul. Sí, un vino de color azul que nos hace pensar en el líquido lavaparabrisas o antihielo para nuestros coches.

En la etiqueta lleva el nombre de "Almirante de Marina" y procede de Castilla-La Mancha, a unos 550 metros sobre el nivel del mar, y su uva es chardonnay. Su color se debe al pigmento "antocianinas" y la "ïndigotina" que le da un color más intenso, además funcionan como antioxidantes. Pudiéramos decir que es un vino de laboratorio.

Mi paladar está acostumbrado a recibir los riojas, mencías, godellos, albariños y tinto de Barrantes y no un escalofriante color de laboratorio, pues lo rechazo. Su sabor endulzado, sin un regusto, nos hace pensar en una copa de limonada.

Lo siento pero este vino no es para mí, quizás para jóvenes que visten prendas de marca, con pocos conocimientos de la enología, donde el azul combina con sus prendas. Después del pescado y queso azul, ahora tenemos un vino azul.

En Europa ya se ve en las vinotecas, creo que será para marcar las diferencias. Mejor un rosado que un azul.