Con independencia del respeto, admiración y agradecimiento que siento por su persona, me veo en la obligación de expresarle mi malestar por las últimas decisiones que su consejo ha adoptado en torno al club, y me explico.

Hay una frase suya que es para mí como un mandamiento, aquella en la que manifiesta que lo que usted quiere no es un equipo sino un club. Es genial y define a la perfección el ideario de nuestra familia celtista. Ha comentado usted también con mucho acierto que prefiere diez años en Primera que uno en Europa. Otra genialidad con la que me identifico plenamente, ya que hace club más que equipo. Pero he de decirle que sus últimas decisiones parecen más encaminadas a hacer equipo que club. Por ejemplo, a las personas que llevan 25 años abonados y sin una sola falta o mal comportamiento, se les expulsa y humilla públicamente por llevar una bufanda con el nombre de una peña a la que prefiero no hacer publicidad, cuando después vemos lo que vemos en Barcelona, Bilbao o Madrid sin que nada pase.

Estará de acuerdo conmigo en que a pesar del rechazo que en mí produce la peña en cuestión, la situación es injusta y más parece una extralimitación de funciones que el cumplimiento de normas que emanan de otros estamentos y que deben de ser iguales para todos, insisto, se lo dice quien si pudiera, expulsaría sin rubor a las peñas ultra y violentas del fútbol español.

Quien le escribe, gracias a Dios, tiene la suerte de poder pagar el abono sin que ello sea un lastre para la economía familiar, pero son muchas las personas y familias que en estos difíciles tiempos ya para pagar el anterior abono tenían que privarse de otras muchas cosas. Yo mismo he tenido que ofrecerme a ayudar a dos amigos de uno de mis hijos, celtistas de pro, que con sus padres en paro no podían hacer frente al abono de menores de 25 años, cosa que hice con placer y orgullo, porque como usted bien dice, somos un club y una familia antes que un equipo.

Soy abonado desde el año 1989 y desde el año 1992 me beneficiaba de una oferta del club con motivo de la conversión en sociedad anónima deportiva, en la que se nos ofreció a los abonados la posibilidad de acogerse a una nueva modalidad, que consistía en dividir el abono en 10 pagos, con intereses, que se pasaban al banco desde septiembre hasta junio. Hoy me entero de que esta modalidad ha sido eliminada, y con ella lo que yo considero un derecho adquirido durante 24 años. Insisto nuevamente, gracias a Dios, yo puedo pagarlo junto, pero muchos otros no y creo que no se puede pisar un derecho de forma tan ligera. Es cierto que pueden ustedes facilitarlo a través de una entidad bancaria, pero el ninguneo al abonado es tan feo como evidente.

No quiero ni deseo robarle más tiempo, pero le ruego que reflexione sobre todas estas cuestiones que junto a los nuevos horarios, la lluvia en las gradas, los problemas de aparcamiento, la posible marcha de figuras y la cada vez menor presencia de la cantera en el primer equipo, hace que corramos el serio riesgo de ser cada vez menos club y deshacer en poco tiempo lo que con su magistral dirección costó tantos años, sufrimiento y sacrificio conseguir.

Reciba un fuerte abrazo y toda mi admiración.