El presidente de la Conferencia Episcopal ha señalado que atravesamos una situación insólita desde la Transición, en la que la Iglesia tiene una clara vocación de servicio a través de su naturaleza específica. Tal y como repite el Papa Francisco, la Iglesia tiene la misión de tender puentes y no levantar muros. El presidente de la Conferencia Episcopal ha insistido en que los acuerdos entre la Iglesia y el Estado pueden ser revisados, pero en todo caso son plenamente constitucionales y son garantía de protección y ejercicio de derechos fundamentales como la libertad religiosa. Respetar esos derechos es, sin duda, un bien para la sociedad.