40 años ininterrumpidos cotizando y pagando mis impuestos. Funcionaria del Estado tras aprobar una oposición al quedarme en el paro cerca de los 50. En las revisiones médicas de empresa que nos realizan, la C. Oftalmológica que nos atiende me detecta una catarata mononuclear en el ojo izquierdo, tras manifestar una alarmante pérdida de visión en el último año. Con el informe en la mano, acudo a la cita con el oftalmólogo del Sergas, asistencia sanitaria escogida por mi en la Mutua de Función del Estado (Muface). En principio, sin reconocerme siquiera, me dice que yo no tengo catarata, que a simple vista se ve que soy miope (!!!). Tras explicarle mi pérdida de visión y pedirle que lea el informe que le facilito, me realiza una prueba con una máquina y cubre un papel diciéndome que estoy en lista de espera para operarme. Le explico que tengo serios problemas para realizar mi trabajo (soy administrativa) y que agilicen por favor lo máximo posible la operación.

Me llaman a los dos meses para realizar el preoperatorio (todavía en el Pol. Cíes) y vuelvo a insistir en que me resulta muy difícil trabajar así. A los 3 meses y medio del preoperatorio me citan para realizar la intervención en el Hospital Meixoeiro. Imprescindible que te acompañe alguien (???) y llevar zapatillas. Al llegar te encuentras con un pasillo y una sala atestada de gente. Una enfermera sale de vez en cuando llamando a alguien. Cuando entras, te dan un pantalón, un camisón abierto a la espalda, un gorro y unos escarpines plásticos que te tienes que poner por encima de las zapatillas que hayas traído. Para cambiarte, dos servicios (inodoro y lavabo) utilizados tanto para desvestirte como para vestirte al terminar la intervención, para todo el mundo, hombres, mujeres, jóvenes, ancianos? y todo tipo de operaciones rápidas como extirpación de cataratas, adenomas, etc., que antes y después de la operación esperamos todos juntos hacinados en sillones en los que accedemos al quirófano, sin la más mínima asepsia ni intimidad. El acompañante es obligatorio ya que no hay donde dejar la ropa y objetos personales cuando te cambias y tiene que custodiarlos hasta que termina la operación y le vuelven a llamar. Por cierto, entra en la misma sala donde los pacientes esperan antes y después de la operación, eso sí, con una bata y unos escarpines plásticos puestos, ¡¡no nos vayamos a contaminar!! Al llegar al quirófano, el cirujano me informa que me pondrán una lente para ver de lejos, pero que perderé la vista de cerca, la cual tendré que graduar. Tengo que decir que la catarata es invalidante por completo, pero antes de ella yo tenía algo de miopía (1,5 dioptrías), y de cerca una vista fantástica que la catarata me estaba interfiriendo.

A tres días de la operación puedo decir que la vista de lejos en ese ojo la he recuperado? a costa de la de cerca, la cual me era imprescindible en mi día a día, pues ya he dicho que trabajo como administrativa. De cerca no veo "tres en un burro", y lo peor es que me entero (me lo dice el propio cirujano) que en el resto de entidades sanitarias la lente que te ponen es para lejos y cerca. Pero en el Sergas, no. El Sergas no tiene dinero. 40 años pagando al Sergas para que me traten como ganado y me operen a medias en una operación de lo más sencilla. ¿Y las gafas que tendré que graduar y comprar? ¿Me las pagará el Sergas?

Pido y exijo que, al menos, todos los cargos públicos y sus familias acudan obligatoriamente a esos servicios sanitarios que según ellos funcionan tan bien. Porque me consta que no lo hacen. Ellos van a la Sanidad privada? con mi dinero.

¡Vergüenza! Que no tienen.