El mundo siempre ha estado dividido entre clases dominantes y dominadas a lo largo de la historia de la humanidad: a veces determinadas por la injusticia de los genes, a veces por la falta de oportunidades pero si tuviese que definir cuál es la circunstancia más determinante, sin duda diría: ser capaz de arrodillarte ante el poder para alcanzarlo. Porque una vez estos individuos llegan a su objetivo no se diferencian mucho unos de otros, independientemente de sus orígenes. Es por ello que cuando oigo hablar de castas, o más explícitamente de "la casta", me pregunto si las maneras de los que se han autoerigido en abanderados de los parias, apropiándose de un movimientos popular legítimo, no son las mismas que las que rechazan de su némesis, "los brahamanes": la falta de diálogo interno, el totalitarismo, el discurso agresivo? Ambos extremos están convencidos de su designio divino como salvadores de la patria, unos por el pasado de sus "ilustres apellidos" y otros por un falso convencimiento de una superioridad intelectual.

Si los extremos se tocan, hoy más que nunca, sus líderes podrían constituir una S.A.U de la arrogancia.