Hace unos días hemos despedido al que un día para Chapela fue en primer lugar vecino, más tarde hermano, después padre y finalmente un gran abuelo.

Hace unos días nos ha dejado D. Manuel Rodríguez para reunirse con su esposa que hace un tiempo también nos había dejado.

Un hombre colaborador, protector, respetable y serio pero fundamentalmente un buen amigo.

Como Chapela necesitara algo y se le pidiera siempre aportaba algún tipo de solución tanto moral como económica.

Un hombre al que le costaba decir que no. Un hombre que llegó a Chapela con ganas de quedarse y se quedó. Un hombre que por su negocio y su forma de ser hizo que el nombre de Chapela traspasara fronteras. Un hombre que nos ha dejado una historia llena de momentos entrañables y buenos recuerdos. Un hombre al que no podremos olvidar.

Con su manera de ser y actuar día tras día, nos enseñó que en esta vida todo es posible. Los que hemos tenido la suerte de conocerlo siempre lo llevaremos en nuestros corazones y en nuestra memoria.

Su muerte nos aleja físicamente pero su espíritu los chapelanos siempre lo llevaremos con nosotros.