Hace días, varios refugiados del campo de Idomeni portaban carteles disculpándose por los atentados de Bélgica. Piden perdón por algo que no han hecho, aunque haya gente que les culpe por lo sucedido, porque no distinguen entre musulmán y terrorista. Lo que ha sucedido en Bruselas y hace unos meses en París es el pan de cada día en Siria. Quienes arriesgan su vida por llegar a Europa no lo hacen por gusto. Su único objetivo es escapar de una muerte segura e intentar rehacer sus vidas en Europa. ¿Y qué se encuentran cuando consiguen entrar en el "primer mundo"? Un trato indigno para cualquier ser humano.

Si ellos se disculpan por algo que no han hecho, yo me veo con la obligación moral de corresponderles de la misma forma. Pido perdón por cerrar las fronteras, por prohibiros la entrada en Europa. Perdón por obligaros a malvivir en condiciones inhumanas en campos de refugiados. Perdón por el acuerdo que ha firmado la Unión Europea con Turquía. Perdón por desplazaros de un lugar a otro como si fueseis mercancía. Perdón por las medidas que adoptan nuestros dirigentes, a quienes les pregunto si pueden conciliar el sueño después de aplicar políticas tan despiadadas. Perdón por ignorar vuestra precaria situación y mirar hacia otro lado. Perdón porque aún haya gente que os califique de terroristas e intente culparos de la violencia yihadista, esa misma de la que pretendéis huir.

No debemos olvidar que hubo un tiempo en que nosotros éramos los refugiados y pedíamos piedad al resto del mundo para lograr el asilo político. Considero que tengo motivos suficientes para sentir vergüenza de la Unión Europea. Es por ello que pido perdón por ser europeo.