El espectáculo que están dando los ayuntamientos de algunas ciudades gobernadas por Podemos y sus diferentes marcas blancas, no tiene fin. Últimamente le ha tocado el turno al de Pontevedra, que ha convertido a Mariano Rajoy en la primera "persona non grata" de la historia de esa ciudad gallega. Rajoy, aunque nacido en Santiago de Compostela, considera a Pontevedra su ciudad porque fue en ella donde estudió y donde vivió muchos años. Allí fue concejal y presidente de la Diputación Provincial.

La iniciativa sectaria, protagonizada en un pleno del ayuntamiento, tenso y bochornoso, ha partido de una moción propuesta por los grupos municipales de Marea Pontevedra y del PSOE, que ha contado también con los votos a favor del BNG. Ciudadanos votó en contra y el PP abandonó el pleno en el momento de la votación en señal de protesta. El motivo no es otro que el mantenimiento de una planta de celulosa en la ría de Pontevedra, cuestión que será opinable, pero que en ningún caso merece una decisión sectaria que coloca en el punto de mira a un vecino de la ciudad, que además, representa a una de las altas instituciones del Estado.