En estas fechas en que se nos va a exponer una réplica del "Titanic" como un gran logro que fracasó tenemos en Vigo un símil: el Hospital Álvaro Cunqueiro. ¡Dimensiones importantes, pasillos sin fin, jardines zen! ¡Qué bonito! En Galicia terra enxebre. ¡Baños de Porcelanosa! ¡Viva la Preysler! ¡Pantallas táctiles para ver la tele! ¡Pobres jubilados que no se enteran y, por encima, pagando 10 euros de su mísera pensión para pasar su convalecencia más entretenidos! ¡En qué país vivimos! Mucha fachada. ¡Mucho azul! Pero los altos cargos han prohibido tajantemente contratar más personal de refuerzo ante la precaria situación que se vive para atender a los pacientes.

Yo creo que Franco murió en el año 75. ¡Ahora tenemos ley mordaza! Lo que no se puede es prohibir uno de los derechos fundamentales como es la libertad de expresión. ¡El velador del buen hacer, el gerente, ha enviado una carta! ¡Dulcemente!, a los trabajadores del hospital, les prohibe poner carteles y divulgar información en redes sociales con amenazas y sanciones por vulnerar la protección de la salud. Están vulnerando esta protección, pues han recortado personal, recursos y material sin importarles lo más mínimo las consecuencias humanas. Ellos se ponen medallas por ahorrar en presupuesto y que las estadísticas queden redondas y privatizar al máximo. Al fin y al cabo todos tenemos familia que va a sufrir las consecuencias y esto no es infundir el temor a la población. Es la realidad. Una gran obra con los peores materiales del mercado que ya hay que empezar a arreglar. Dimisión de Gerencia y Dirección de Enfermería por ineptos.