Jack es un niño con pelo de niña. Pero en su quinto cumpleaños no hay globos ni velas. Ni vienen los compañeros de clase con regalos. Su mundo es una barraca. Un tragaluz conecta con el mundo exterior. Demasiado alto como para escapar por allí. El país de las maravillas parece estar más allá del espejo. Es difícil entender que lo que sale en la tele puede ser realidad o ficción. Juega con los flecos de la alfombra o con una serpiente hecha con cáscaras de huevo. La mamá se desvive por pintar de color la tragedia. La complicidad entre los dos es absoluta.

Anochece. Control exhaustivo. Cuando suena la alarma del reloj el pequeño ha de acostarse dentro del armario. La puerta se abre cuando "el viejo Nick" introduce la combinación secreta. Solo viene a por su ración de cama. Es un maltratador. Un ogro. Es el que les suministra los alimentos. Racionalización absoluta. Ya lleva seis meses en paro. Su ira está latente. En sus ataques de cólera los castiga cortándoles la luz. Mamá está aterrorizada; debe aceptar el chantaje.

Piensan una estratagema para huir. Fingen que el niño enfermó. Como no funciona escenifican que ha muerto. La ansiedad de mamá es hiperbólica. ¿Qué le deparará a su pequeño? La evasión concluye con éxito. Mamá es rescatada gracias a las pistas que Jack aporta a la policía.

El sol ilumina su piel. Gafas y protección solar. También un apósito que cubra boca y nariz para evitar los gérmenes del aire. La timidez es más fuerte que la agorafobia. Las dos únicas veces que se separan inventan un amuleto para seguir unidos; una muela de ella y la coleta del menudo Sansón. Hay muchas cosas divertidas afuera. Helados, pistas de patinaje, sacar a pasear al perro por el jardín, el mar, la nieve? Y por fin conocerá a un amigo para jugar entre iguales.

Pero quizá el daño psicológico de mamá sea más difícil de sanar. El mundo ha seguido girando los siete años que mamá ha permanecido recluida. No tolera nada bien la separación de sus padres. Ha de sufrir el acoso de los tiburones de la prensa sensacionalista que ofrecen muchos ceros por una exclusiva. Elmorbo. La presión es insufrible. "Tenía prisa por irse al cielo de un salto".