En mi visita a Buenos Aires, por las calles de la ciudad me preguntaban con mucha frecuencia si quería cambio no de política, pero sí de billetes, pues es una manera de ganarse la vida. En España sucedía lo contrario, muchos querían cambio pero político.

Pertenecemos a la UE, pero muchos ciudadanos no saben lo que se cuece en los demas países. Lo que pasó en estos últimos cuatro años al mando de Rajoy, también sucedió en el centro de Europa.

Holanda, Alemania, Bélgica y Francia tuvieron que apuntalar sus bancos y también nacionalizarlos. Por ejemplo, Holanda tuvo que prestar doce mil millones al conocido banco ING y nacionalizar al ABN AMRO y esto también sucedió en los demas países.

Sobre el caso de las Prefererentes, los españoles recuperaron el 80% del dinero, pero en Bélgica y Holanda los clientes perdieron todo su dinero.También hubo muchos recortes y a pesar de que la economía crece, los parados siguen aumentando.

Creo que ya nadie se acuerda de aquel refrán que dice: más vale poco y bueno conocido que mucho y bueno desconocido.

El resultado del 20D ha demostrado que los españoles están muy divididos y no saben qué quieren. Esto es aprovechado por los partidos para buscar la confusión.

Que unos partidos se presenten a las elecciones para gobernar, que pueden hacerlo a través de pactos y que se nieguen por sus ideologías políticas, demuestran que no les interesa el futuro de nuestra nación. Los ciudadanos fueron engañados a través de sus votos, pues los partidos no se quieren convertir en moneda de cambio político.

Apagadas ya las luces navideñas, los españoles se dan cuenta de que estarán peor que antes a pesar de los mensajes de paz y prosperidad.