Con pena y rigor voy a manifestar lo siguiente: fueron los cristianos coptos o no -pero cristianos-, los que quemaron la biblioteca de Alejandría y no los árabes a quienes han imputado a lo largo de la historia esta acción. Con esta "gesta" se destruyeron documentos que hicieron desaparecer la sabiduría de antes y después para reducir el Antiguo Testamento que, con este crimen, privó y redujo a cuatro libros dicho texto para sumir a la humanidad al ostracismo más cruel, lo que retrasó la política, lo religioso, la medicina, la astronomía, la literatura... Condenaron al pueblo a un desconocimiento de más o menos 1.000 años; arrasaron con la cultura al pueblo llano que lo llevó a la ignorancia que solo sobrevivió en las bibliotecas de los cenobios.

Con los textos se fueron también monumentos y ciudades enteras; como no el mausoleo del lengendario Alejandro Magno. Lo mismo les ocurriría a los templos paganos y todo lo que "olía" a progreso.

Por eso tenemos que andar a vueltas con los apócrifos y lo infinitamente perdido para el orden mundial. Cosa parecida sucedió con los cátaros, templarios y muchas confesiones que tuvieron que abandonar sus ideas para no morir.

Para terminar decir lo que dijo el arzobispo Crisóstomo -siglo V d.n.E- con satisfacción: "Cada rastro de la vieja filosofía y literatura del mundo antiguo ha sido extirpado de la faz de la tierra".

En los tiempos actuales está pasando más de lo mismo.