Resulta sorprendente que a estas alturas del siglo XXI, y con los amplios conocimientos de hechos históricos ocurridos en los últimos años, puedan existir estatuas y monumentos a ciertos personajes como el que voy a comentar.

Hoy nos encontramos con algo parecido en el pueblo de Oleiros, por idea del su alcalde y la ignorancia de sus vecinos, una estatua a Roberto Ernesto Guevara de la Serna, más conocido por Che Guevara,(Rosario 1928-Bolivia 1967).Este señor ha sido el responsable de más de 300 muertes en la fortaleza de La Cabaña, en la Habana en la primavera de 1959.Doce de ellos los ejecutó el mismo con un tiro en la cabeza. Muchas madres fueron a pedir por sus hijos, y la respuesta de este criminal morboso, era que en lugar de ejecutarlos mañana los ejecutamos hoy. En carta a su esposa un mes antes de entrar en la Habana, le decía que estaba sediento de sangre. Más todavía se hacía llamar el Stalin-2.

Sorprende en Oleiros la sintonía que tiene con el régimen cubano al que daño hizo a tanto gallego, han tenido que escapar con lo puesto. Un régimen de dictadura en donde el pueblo sufre carestías de todo tipo, en un país que puede dar dos cosechas al año, y que después de 57 años de dictadura, todavía existen las cartillas de racionamiento. El famoso bloqueo tiene una parte pequeña del problema .Aquí en España hubo cartillas de racionamiento, pero después de una guerra civil, desde mayo de 1939 a mayo de 1952,y en Inglaterra hasta el año 1948.

Pues bien me pregunto si este tipo es merecedor de una estatua, así como Carrillo de una calle en ese pueblo de Oléiros. Le recuerdo al Sr. Alcalde, que en la izquierda hay personas merecedoras de calle y monumento a la vez, que por su desconocimiento carecen de un merecido reconocimiento, y permita que le nombre algunos de ellos: Julián Besteiro Fernández, Cipriano Mera Sanz, -Juan Peiro Belis, Melchor Rodríguez García, Angel Pestaña Núñez, Bruno Alonso González, Antonio García Quintana, Eleuterio Quintanilla, Aida Lafuente Penaos, Diego Abad de Santillán.

Estas personas antes citadas su conducta ética, humana y moral, les hace acreedoras de esos recuerdos públicos ,pero la ignorancia de la izquierda en saber valorar y reconocer a los suyos, repito se ignoran, no así en reconocer a personas que por sus conductas son merecedoras del desprecio y del olvido.