Los diputados de Podemos en su primer día de "cole" no han defraudado. Son unos payasos e hicieron lo propio: montar un circo: rastas, coletas, flautas, tambores, bicicletas, mochilas y hasta un bebé enganchado a una teta. No ha faltado ni gloria. Amén de los bochornosos "juramentos" de cargo, a cual con una memez mayor.

La naturaleza de un mono es hacer monadas y no se le puede reprochar nada. Ahora bien: lo absolutamente vergonzoso es que el resto de los diputados, el presidente del Congreso y los responsables de guardar el orden no les hayan expulsado inmediatamente de la sala y no les hayan obligado a jurar su cargo como Dios manda (o "como es debido"? para los laicistas) y a comportarse e ir con el decoro que corresponde a un diputado electo.

Esto pasa primero porque llevamos varios años con un presidente del Gobierno al que le ha resbalado absolutamente todo y más años todavía de degeneración y de falta general de modales y de educación; pues de aquellos polvos vienen estos lodos.

Y esto no es más que el principio.