Una duda me asalta a estas horas de la mañana al ver la legión de fieles que el pequeño cantante canadiense Justin Bieber arrastra de manera incondicional, inoculados por precisas campañas de marketing que los transforman en clones de un individuo que ya no sabe ni quien es, y que hace mucho tiempo ha dejado de tener la ilusión de colgar sus primeras canciones en Youtube, allá donde fue moldeado hasta ser un producto de consumo masivo.

La duda que realmente me asalta no es la evidencia de lo anterior, sino la extraña paradoja de cómo nuestros chavales son capaces de escribir y pronunciar Justin Bieber (I de Canada y V de Estados Unidos), One Direction? Y sin embargo no prosperan en la misma medida en su bilingüismo.

Los motivos pueden ser muchos y variados, pero sin lugar a dudas aprender un idioma en el colegio sigue siendo igual de tedioso que cuando yo lo tuve que hacer: gramática y más gramática, no hacen que simpatices más con otras lenguas que con el latín y el griego, con todos mis respetos para los inconmensurables Homero y Cicerón. Por el contrario, y remitiéndome a los hechos, vemos cómo nuestros hijos aprenden de memoria canciones en inglés, y sin quererlo, parte de la estructura gramatical. De todas formas, el método lúdico no es infalible ya que no hay consenso al respeto de si One Direction se pronuncia "guan direcsion o guan dairecsion". Aunque tampoco tienen claro si Cervantes es un delantero centro brasileño, ni si se escribe con v o con b.