La parodia es una imitación burlesca de una cosa seria; así la define nuestro diccionario.

En la historia de la humanidad, ¿puede haber cosa más seria que la natividad o navidad del Señor? Para el incrédulo, puede que sí; sobre todo, si le falta cultura religiosa. Nos admira, en gran manera, que el ser humano haya puesto su pie en la luna; mayor admiración debiera producirnos, el hecho histórico, que todo un Dios, hecho hombre, haya puesto sus dos pies en la tierra, que no es más que como un grano de arena, comparada con el "Macrocosmos".

Como creyentes, nos produce honda pena contemplar cómo celebran, tantos, tan santas fiestas. Siendo niños, sin duda, gozaban de ellas en el seno de sus familias, en las escuelas e iglesias. Ahora dejaron de ser "niños" y las celebran a su aire y, muchas veces, un tanto "a lo loco", compaginando lo santo con lo profano: "villancicos" y "botellón".

Enhorabuena, alegrémonos y felicitémonos, pero tengamos mucho cuidado de que "los árboles no nos impidan ver el bosque"; brindemos, pues, elevando nuestras copas hacia el "Belén" y que no falte un piadoso recuerdo para aquellos que nos han legado tan divina-humana herencia.

¡Feliz Navidad para todos!