Para entender el 13-N francés conviene tomar distancia de la carnicería y aumentar la escala de visión que permita observar a la vez París y Hassaqué.

París es emblema: libertad, vanguardia cultural, bandera laicista, cita romántica. Y, sobre todo, icono que el márquetin francés lleva 2 siglos rentabilizando. En París pagas por todo: hasta la sonrisa de la portera tiene precio.

Hassaké -ciudad siria- es otro emblema: lleva años en guerra y sin autoridad civil. En casos así no cabe hablar de separación Iglesia/Estado. Los misioneros suplen carencias: hacen carreteras, pozos ambulatorios? No debe extrañar que Jacques Behnan Hindo, arzobispo católico sirio organice la vida civil de la ciudad para evitar que colapse mientras los kurdos la defienden del avance yidahista.

Hindo ofrece su visión no ideologizada del conflicto. Dice : "El éxito de Daesh al reclutar se debe a la oportunidad de saqueo y botín que ofrece. Familias numerosas que no conocen ni una Sura del Corán saben que alistando hijos en Daesh van a ganar más dinero en pocas semanas que en toda su vida. Se arriman al sol que más calienta y, por lo mismo, cambiarán de bando si Bashar al Assad triunfa. Daesh es hijo de la ideología wahabí y del dinero de Arabia Saudí con el cual Occidente confraterniza. Los gobiernos Occidentales buscan en Siria e Irak no solo petróleo sino gas natural que han descubierto frente a nuestras costas. Han proyectado oleoductos que llevarían el gas desde Arabia y Qatar a Occidente. Y como Bashar al Assad no permite que atraviesen territorio sirio, ven frustradas sus expectativas de negocio e intentan derrocarlo. Los ataques aéreos de la coalición occidental a Daesh han sido durante meses interesadamente inútiles, mientras que una sola semana de intervención aérea rusa ha logrado que Daesh retroceda. Putin ha dejado en evidencia la hipocresía de Obama y de sus socios". Da que pensar.