La mayor partida de inversión aprobada en los presupuestos de la Xunta para el 2016, en la provincia de Pontevedra, es la del nuevo hospital de Vigo: más de 68 millones de euros.

Hasta ahora la Xunta construía los hospitales gallegos pagándolos con dinero público. Si el hospital de Lugo costó unos 300 millones y la Xunta pagó 300 millones, esa cantidad se puede aplicar para calcular la inversión per cápita del gobierno gallego en esa provincia. Y lo mismo puede decirse en relación con los hospitales que la Xunta puso en marcha en Santiago, Coruña u Ourense, e incluso en Pontevedra y Vigo hasta ahora.

Pero lo que ha pasado con el nuevo hospital de Vigo es distinto. Su coste era de unos 450 millones, y sin embargo la Xunta va a pagar 1.340 millones, distribuidos a lo largo de 20 años. Ese sobrecoste se le puede achacar a Feijóo, que se empeñó en sacar adelante el hospital con un sistema muy poco claro de financiación apoyada el empresas privadas (sin haberlo propuesto en su programa electoral y en contra de un clamor social).

Se puede estimar que si no hubiera empleado ese sistema, y si se pagara en 20 años, la Xunta solo gastaría 22 millones de euros este año, en vez de los 68 consignados. Nos hubiésemos ahorrado 45 millones de euros.

Me niego a aceptar que esos 45 millones de euros computen como gasto de la Xunta por habitante de Pontevedra (que incluso así es el más bajo de toda Galicia), y no solo el año 2016, sino los 20 años siguientes, con el consiguiente perjuicio para nuestro bienestar social: pues desde el Gobierno de Santiago podrán decir, año tras año, que ya han invertido mucho en nuestra provincia, endosando a nuestra cuenta esos 45 millones.

Esa cantidad es un gasto evitable que debería recuperarse descontándoselo de sus nóminas a los políticos del PP, o irlo restando de las subvenciones que ese partido recibe. Y en todo caso, debería ser considerado un gasto financiero genérico del total de la Comunidad, y no puede ser contabilizado como inversión de la Xunta en Pontevedra, porque es mentira que ese dinero repercuta en nuestro beneficio: sólo favorece a financieros y a empresas privadas contratadas por Feijóo. Pido a todos los partidos políticos que vayan a presentarse el año que viene a las elecciones gallegas que apoyen esa propuesta. Lo mismo defendería y deberíamos defender todos si los agraviados por la Xunta fueran los gallegos de otra provincia distinta de la mía. Porque es de justicia.

Pedro Larrauri Vigo