El partido socialista, una vez más, vuelve en vísperas de una cita electoral a recurrir al discurso anticlerical con el fin de movilizar y conseguir el apoyo del ala más radical de su partido y paliar la pérdida de votantes. Pedro Sánchez anuncia que, de gobernar, empezará una cruzada contra la iglesia católica, empezando por la asignatura de religión en la educación, hoy optativa respetando la libertad de elección de padres y alumnos, continuando por revisar o incluso anular los acuerdos con la Santa Sede, que tienen la consideración de ley orgánica, para terminar por cambiar el carácter aconfesional de España hacia un estado laico eliminando así cualquier referencia a la Iglesia Católica, la confesión mayoritaria en España.

Cuestiones que requerirán modificar la Constitución y otras leyes orgánicas para las que necesitará un amplio consenso. Una propuesta que parecen no tener muy clara los propios dirigentes socialistas al explicar el alcance de la medida de la asignatura de religión, como hemos visto en las declaraciones de la Sra. Maritxell Batet, o el Sr. Hernando, portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados. O las voces socialistas desde Andalucía, que tachan el anuncio de ocurrencia, recordando a su secretario general que las competencias en educación están transferidas a las CC AA.

Una ocurrencia electoral que choca con el pensamiento mayoritario de los votantes del partido socialista, que en un 73,2% se declara católico. Dato que se sitúa incluso 2,6 puntos por encima de la media total en España, que es del 70,6%, como recoge el último barómetro del CIS. Un nuevo anuncio que volverá a quedar en simple populismo y que puede obedecer a un intento de distraer la atención de militantes y votantes por los últimos fichajes y elaboración de listas para el 20D.