Algunas personas que trabajan en la extinción de incendios se han dirigido a mí por diversas vías tras leer mi Carta al Director publicado por FARO DE VIGO el pasado sábado, en relación con posibles causantes de incendios forestales, manifestándome su rechazo a lo por mí expuesto, incluso de manera agresiva y amenazadora.

Pido disculpas si no me expresado más claramente (también por la brevedad de la carta, que fue reducida); pero siento que algunos hayan interpretado mi artículo tan equivocadamente, ya que solo pretendía aportar un punto de vista que creo puede ayudar en alguna medida a reducir y paliar la lacra de los incendios forestales, con mis opiniones y con las dos propuestas finales que hacía.

He comprobado que algunos no han conseguido entender lo que trataba de explicar con mi comparación: que el hecho de que alguien diga que hay curas que han cometido el delito de pederastia no significa que esa persona esté acusando a los curas de ser pederastas (ni a todos como colectivo, ni a ninguno en particular); y lo mismo se puede decir en el caso de los brigadistas que han provocado incendios. ¿Acaso es un tema sometido a censura que no se puede ni mencionar? ¿Sería razonable que un periodista que escribiera sus opiniones sobre casos de pederastia cometidos por curas recibiera insultos y amenazas de curas indignados, afirmando que les estaba acusando a todos ellos de cometer ese delito?

Es un hecho innegable que estos años se han confirmado y publicado varios casos de brigadistas, personal de protección civil, y también algún guardia civil, que han provocado incendios forestales, aunque sean muy pocos. Por cierto, es evidente que nadie puede dar datos de porcentajes y yo no lo hice, aunque alguien haya interpretado erróneamente que los daba, por una frase en la que hablaba de posibilidad, dando a entender que el porcentaje en todo caso sería ínfimo.

En un artículo de mi blog titulado "Brigadistas incendiarios (Repasando la hemeroteca)", del 16 de agosto, recojo varios casos publicados y confirmables. Como el del brigadista de A Veiga (Ourense), JLAP, que reconoció ante el juez haber causado seis incendios. Esos datos confirman que lo que trato de analizar es un hecho real, que tendrá mayor o menor repercusión en el global de los incendios, pero que es cierto y verdadero: ha ocurrido y puede volver a ocurrir. En ese artículo se recogen también las declaraciones de un suboficial del Seprona de Porriño, quien hace dos años declaraba en FARO: "Entre los incendiarios hay desde gente alcohólica hasta brigadistas".

Reitero mi total reconocimiento al trabajo de bomberos y profesionales del ramo, algunos de ellos buenos amigos míos y también pacientes, verdaderos héroes en muchas ocasiones; lo que no quita que sea verdad que se han producido algunos casos como los que comento, que me han preocupado, y que en el ejercicio de mi libertad de expresión, y sin ofender ni acusar a nadie que no haya cometido ningún delito, he considerado interesante y útil comentar y publicar.