En los actos religiosos de San Roque el gobierno socialista no estuvo presente. Pero aún recordamos su presencia hace algunos años. Hoy vemos un divorcio total.

Participar en las procesiones es una manera de dejarse ver y darse a conocer, pues mucha gente no conoce al nuevo alcalde y menos a sus concejales.

Los socialistas actuales no provienen de un planeta desconocido, pues fueron bautizados, hicieron su primera comunión y se casaron por la iglesia y muchos por no decir la mayoría, reciben una despedida cristiana. Esto nos demuestra que no quieren renunciar a su religión.

No hace mucho, un militante socialista, después de su muerte, fue tildado de popular por haberse celebrado su sepelio en una iglesia. Parece que el socialismo se ha convertido en el enemigo número uno del cristianismo y votar a favor de los socialistas será votar en contra de la iglesia.

En el centro de Europa, principalmente en Bélgica y Holanda, las autoridades siempre están presentes en las procesiones, liberales, socialistas y demócratas siempre van juntos, esto lo hacen para demostrar su respeto.

En la ciudad holandesa de Maastricht, su exalcalde, un homosexual, así como concejales reformistas, protestantes y ateos, también participan en las procesiones; dicen no tener nada con el cristianismo, pero quieren seguir las tradiciones de la ciudad.

No comprendemos la actitud de los socialistas de Vilagarcía, si el nuevo alcalde quiere ser el padre del Concello tendrá que respetar la cultura cristiana, principalmente sus tradiciones.