Hermosa noche de sábado en Vigo. Preciosa y gran luna anaranjada, que parecía irradiar el calor del ambiente. Esa era la sensación a la salida del teatro. Los veintitantos grados nocturnos bien podían reflejar la energía interior que nos transmitió la Coral Casablanca de Vigo en su concierto de primavera, en el marco solemne del Teatro García Barbón, el sábado 6 de junio de 2015.

Todas las obras cantadas en gallego nos transmitieron diferentes sentimientos. Desde "Sementeira" o la popular "Anduriña", hasta "Negra sombra" y otras que nos hicieron emocionar, poniéndonos por lo menos la piel de gallina... Un recuerdo al Prestige, lo entonaron con la "Memoria da noite", impresionante interpretación, en la que el director consiguió que coro y orquesta nos transmitieran el movimiento del mar, hasta quizás el golpeo del mar contra el barco con su vaivén. Para algunos esa fue la sensación,aunque el director sabrá qué reacción deseaba despertar en el público... en todo caso, despertó emociones. Y el colofón fue "Irmáus". Mucha fuerza y sentimiento en esa obra, sin duda de las que más.

Un concierto así eleva al ser que lo escucha. La armonía de coro y orquesta bajo la batuta que los guía hace pensar en el orden universal, en la precisión de nuestro planeta; o la fuerza de sus voces e instrumentos, en la fuerza de la naturaleza. Cómo no, lo que puede generar en nosotros semejante energía de voz y música es un acercamiento a nuestra esencia divina, claro que sí, a lo que nos diferencia de los animales, esto es, la percepción de la belleza y el disfrute de esta, sí, del arte.

Cuando percibes estos matices y eres sensible a lo que hay detrás de una creación artística, te das cuenta de que todo esto no es mera casualidad, esta capacidad no es el resultado del mero azar. Somos el resultado de un preciso y precioso diseño que nos creó para disfrutar de aquello que nos hace recordar que somos superiores: pensamos y sentimos. Evidentemente el que nos creó cual obra de arte tiene que tener esas mismas facultades: pensamientos y sentimientos.

¡Cuánto nos puede llenar un concierto cuando tenemos abiertos los oídos al sonido y al espíritu!