En el año 91 entré como profesor en dicha universidad. En el año 94 abandoné la misma buscando un nuevo destino en mi vida. No obstante, nunca me ha dejado de preocupar la situación y evolución de la universidad y, en particular, la de Vigo.

Últimamente he leído varios titulares en el FARO sobre la Universidad de Vigo:

1º.- La universidad debe mejorar. 2º.- La universidad es una isla de decencia dentro del clima de corrupción generalizado que existe en la política y la sociedad. 3º.- Un organismo europeo financia con 2 millones de euros el proyecto de un científico de la Universidad por delante de 3600 expertos de alto nivel.

Yo, que soy como un caballo de Troya, opino que la universidad debe mejorar, que la universidad no es una isla de decencia y que los congresos internacionales sirven para labrar "amistades" que conllevan intercambio de favores. Un favor puede ser aprovechar la marca "Europa" para mejorar la imagen de esta Universidad a través de un premio.

En la universidad hay muchos profesores y en un artículo del FARO se menciona el dato de que solo el 31,8% de los profesores se ha preocupado por cubrir una encuesta de opinión sobre el alumnado.

Es una pena que en una organización como la universidad la imagen, tanto buena como mala, se contagie de unos a otros.

Es una pena que la universidad tenga que vivir de la imagen y no de su esencia; el conocimiento, la curiosidad intelectual y el deseo de aprender.