La bicicleta estuvo muy ligada a su infancia. Su padre pedaleaba para ir a comprar lampreas a Herbón y luego venderlas a Madrid. Luego pudo comprarse una moto. Pepe también era de sillín. ¡Qué mojaduras y vendavales cuando iba a trabajar a la Picusa! Los de Padrón solían ganarse la vida allí o en Finsa. La juventud charloteaba en el Club Ciclista de Julio Saleiro.

"Quería ser artista". Pululaba por corales y orfeones. Financiaba la Cabalgata de Reyes haciendo obras de teatro. "Lo que yo soy es un humilde poeta". Su primer programa en la radio fue "Hablando y cantando"; para abrir boca pinchó "Luna de España", de Los Relámpagos.

Cuando dejó Radio Galicia y dio el salto a la capital tuvo momentos difíciles. Pensó en rendirse. "No volví a mi pueblo por orgullo". Luego llegó el éxito y ya no se repatrió jamás. "Quiero tener morriña. Esto es el paraíso". Tardó un lustro en lograr su sueño, que le llamara la Ser.

Treinta y siete años después decidió seguir a Paco González y mudarse a la Cope. Pensó que sería imposible trasplantar a un grupo de profesionales tan amplio. Lama tardó en unirse al redil. Mientras, España entera celebraba el Mundial de Sudáfrica. Él se alejó del jolgorio y lloró como una Magdalena en la terraza novena. Ya repuesto, "tomé cinco o seis cubatas en el Txistu".

Hace un año tuvo que ser ingresado tras sufrir una angina de pecho. "Me creía un Superman. Hacía cosas que ya no iban con mi edad y la vida me dio un aviso. Ahora me cuido más".

Hoy nadie esconde su bufanda. "Soy del Dépor de toda la vida, del Flavia y respeto muchísimo al Celta. Me cae mejor el Madrid pero el que mejor fútbol hace en los últimos años es el Barça". En el dos mil los herculinos se hicieron con la Liga. "Me liberó del trauma del penalti de Djukic".

Hoy recibe el homenaje por su longeva trayectoria. En el Hotel Scala, a un palmo de Padrón. Dos llamadas establecieron conexión con Texas. Pepe, forofo del golf, animó a Sergio García para que se vista la chaqueta verde de Augusta. Y Julio Iglesias se mostró arrepentido porque prometió hacerlo millonario con una canción. Lo que sí cumplió el cantante de "La vida sigue igual" fue con las osadas proclamas que lanzaba por la Gran Vía. "Voy a ser más famoso que Raphael".

Cenó cigalas y pateiros. Recibió el cariño de Del Bosque, "a pesar de las tiranías de su agenda". Y más amigos. Pereiro, "fino como un tubular", prepara a conciencia la Vig-Bay. Chema Martínez, "el correcaminos sagrado". Guasch, que ha nacido para la improvisación en las ondas. El mejor animador de la radio, Premio Joaquín Prat, es profeta en su lar. Póngame a los pies de su señora.