El aborto es un grave problema que se deriva de la dificultad que tiene una madre para tener a su hijo. Esta situación lleva a esa madre a un callejón cerrado del que difícilmente podrá escapar. Si decide abortar, desaparecerá en ella su bondad innata, su llamada a la perfección, destruirá no solo a su hijo sino lo mejor de sí misma, su ser como persona.

Considero una tristeza que a una madre en estas circunstancias desde la sanidad pública solo casi se le dé la opción del aborto, sin tener en cuenta el daño moral que esta decisión va a provocar en ella para siempre. He escuchado a expertos y personas que tratan habitualmente con mujeres que han pasado por este terrible trance y afirman que una mujer, cuando se ve en esta situación, lo que tiene que decidir es si quiere ser madre de un hijo vivo o de un hijo muerto, porque madre ya lo es para siempre.

Existen en Vigo asociaciones como Ayuvi o Red Madre, en las cuales muchos voluntarios colaboran con el fin de ayudar y apoyar con medios humanos y materiales a la madre a la que aceptar ese hijo le supone un reto muy difícil de superar.

Debe tener la seguridad de que si Dios le pide algo tan costoso y difícil, también le dará los medios y la fortaleza para superarlo, y qué decir de cómo esa hija o hijo hará mucho más feliz a esa mujer.

Tenemos que ayudar a la madre indecisa, que está sufriendo para que siga dando vida a ese niño que quiere nacer, que le está pidiendo día a día cobijo y amor.

Yo soy madre de ocho hijos y abuela de veintidós nietos y puedo constatar que no hay nada en el mundo que supere a la belleza de la maternidad, ni satisfacción mayor que la de ver crecer a tus hijos y nietos. Ellos son el futuro, son la inocencia y la alegría de esta vida. Estando con ellos los problemas se diluyen.

La Madre Teresa de Calcuta nos dice: "La vida es un don que Dios nos ha dado. Esa vida está presente incluso en un ser no nacido. La mano del hombre jamás debería poner fin a una vida. Estoy convencida de que los gritos de los niños cuyas vidas han sido truncadas antes de su nacimiento hieren a los oídos de Dios."