¿Cómo pueden tener la desfachatez de llamarlo "humanizaciones"? Los seres humanos somos más humanos si respetamos al planeta y a los demás seres vivos.

Zamáns es la parroquia más rural de Vigo. Los que vivimos en esta parroquia hemos elegido vivir en el campo, estamos acostumbrados a convivir con rebaños de ovejas, caballos, cabras, y tractores€ amamos este sitio y esta manera de vivir. No queremos árboles en macetas, no queremos bonsáis, ni a la naturaleza encorsetada. No queremos que transformen Zamáns en un trozo de una ciudad moderna: queremos preservar la riqueza rural, el encanto y la tranquilidad de vivir en este paraíso€

Pero el señor alcalde se ha negado a mantener los árboles de nuestra plaza, en contra de la voluntad de los vecinos (según se votó en la última asamblea oficial celebrada por la Asociación), y se ha empeñado en poner losetas de granito (que no pegan ni con cola), reducir al mínimo los aparcamientos (complicándonos la vida, las fiestas y los funerales), y en lo que nos parece más grave: en cargarse los centenarios y majestuosos árboles de la plaza de la Iglesia. Unos árboles que han acompañado la vida de varias generaciones de zamananses, inspirando sosiego con su lento crecimiento, y transmitiéndonos paz y esperanza con su longevidad. Unos árboles que serían considerados unos tesoros por cualquier persona que habite de una urbe moderna.

Si el alcalde pretendía que cada vez que estemos en nuestra plaza nos acordemos de él, lo ha conseguido; pero será con amargura y con tristeza: con la profunda tristeza que casi nos ha llevado al llanto a esta familia, que con esta carta expresa su sentimiento, al pasar esta tarde por nuestra plaza y ver como ya habían cortado al primero de esos grandes árboles. Ya nunca podrá devolvernos a los vecinos la herencia que nuestros ancestros y la naturaleza nos habían legado: los árboles de la plaza de la Iglesia de San Mamede de Zamáns.