Desde Endoproctos damos la bienvenida a la inclusión de las pruebas de cribado de cáncer colorrectal (CCR) en la cartera básica de servicios del Servicio Nacional de Salud, pero sospechamos que se trata de una medida con intenciones de lavado de cara de la maltrecha sanidad pública. Si de lo que se trata es de incluir la detección de sangre oculta en heces (SOH), tal prueba viene realizándose por los médicos de familia desde hace más de 25 años. Para tal inclusión no es necesario ninguna modificación, ni por supuesto, apenas inversión. Si existe interés real en disminuir la frecuencia y mortalidad del CCR, se debe de constituir una estructura de prevención "integral" que aglutine a todos los profesionales implicados:

Investigadores universitarios, investigadores de instituciones privadas, gastroenterólogos, cirujanos, radiólogos, patólogos, especialistas en estadística e informática, etc.

La coordinación debe de ser realizada por médicos de Familia con especial interés en CCR no se debe distraer de los hospitales a otros especialistas sobrecargados de trabajo asistencial y entre los factores que debería incluir se cuentan:

Clasificación (cribaje) de riesgo de la población entre 45 y 70 años o padecer la enfermedad.

Método de cribaje en población de riesgo medio en Endoproctos: Test inmunológico de SOH.

Prevención en población de alto riesgo: Estrategias en síndrome familiar de CCR, papel de COLONO-TAC , colonoscopia convencional, algoritmo de estudios genéticos, etc.

Centralización por autonomías de datos con sistema informatizado común implementado en el potente programa de la sanidad pública.

Auditoría anual de datos, tanto de frecuencia como de supervivencia y mortalidad. Una prevención tanto primaria como secundaria.

Como se desprende de lo anterior, la inversión necesaria para salvar más de 10.000 vidas al año, es importante. La verdadera cuestión es, está dispuesto el ministro de Sanidad a patrocinar y organizar a los profesionales para disminuir la frecuencia y mortalidad de CCR, o solo se va incluir la determinación de sangre oculta en heces, que es lo que puede pedir el médico de cabecera. Porque si es así, se trata solo de una medida insuficiente, anticuada y con el fin de lavado de cara de los responsables de la Sanidad Publica. De todas formas bienvenido el reconocimiento -20 años tarde- de que los pacientes con CCR, merecen un tratamiento moderno y eficaz, y una prevención tanto primaria como secundaria.