Es sabido que la mayoría de empleo que se crea en España es por la actividad de los autónomos, que en nuestro trabajo diario necesitamos colaboradores. Cuando contratamos a alguien nunca lo hacemos con la finalidad de utilizarlo-despedirlo, nuestra intención es la de mantener la actividad generada y, si es posible, aumentarla. Muchas veces el salario de los contratados es superior al del autónomo, pues nosotros solo los superamos cuando nuestra actividad genera los suficientes beneficios (después de invertir en maquinaria, instalaciones...), como para llevar un extra a la economía familiar. Mis hijos conocen perfectamente la diferencia entre autónomo y empresario.

La relación entre un autónomo y sus asalariados es casi familiar, conocemos sus familias, sus necesidades, donde viven. Intercambiamos productos de nuestros huertos. Compartimos bautizos, bodas y entierros. Los autónomos convivimos con nuestros asalariados más que con nuestras propias familias. A un autónomo nos da igual si el despido es de 20, 30, 45 días o libre. Para un autónomo un despido es una tragedia, pues es un indicativo de que las cosas no van bien. Preferimos no cobrar nuestro sueldo, a ver si pasa el temporal, a despedir a un amigo. Por desgracia cuando esto sucede es por que las cosas van muy mal, aunque siempre nos queda el consuelo de que nuestro amigo se va al paro.

¿Qué nos pasa a los autónomos cuando las cosas van mal? No tenemos paro, tenemos que hacer frente a las deudas avaladas con el "pírrico" patrimonio que podamos tener.

Cuando un autónomo cierra su empresa, cae en la desgracia.Para poder trabajar y contratar gente solo necesitamos dos cosas: que nos faciliten la contratación y que podamos tener acceso a créditos. Nosotros no queremos despedir, queremos contratar y en la situación que vivimos sería conveniente facilitar, promover, promocionar la contratación y no el despido, para lo que se me ocurren variadas fórmulas:

- Rebajas en las cuotas de la seguridad social. A fin de cuentas un trabajador contratado es un trabajador que no cobra el paro y que va a cotizar por cuenta del impuesto sobre la renta.

- Pagos al contado por parte de la Administración cuando el trabajo para cualquier organismo público conlleve la contratación de personal.

- Cobertura total de las bajas por enfermedad de los trabajadores contratados desde el primer día.

- Facilitar créditos a un interés decente, ahora estamos en el 11% (¿usura?) y gracias, cuando se contrate a un trabajador, por el importe de un año del sueldo.

No pedimos subvenciones, pedimos facilidades. Pero doctores tiene la Iglesia mucho más inteligentes que yo, que seguro pueden proponer muchas más opciones. El trabajo se genera creando actividad y no son los empresarios los que la generan, somos los autónomos.

¿A quién beneficia la reforma laboral? Sin duda ninguna a los empresarios. A partir de ahora les va a resultar mucho más fácil deslocalizarse, llevar su actividad a Marruecos, China...

A las empresas que quedan en España les va a resultar muy barato cerrar sus factorías y montarlas en lugares donde los sueldos sean mucho más bajos. Los empresarios serán más ricos, tendrán más dinero para especular, nadarán en la abundancia y hasta podrán comprar el país, si no lo han hecho ya.

Se me olvidaba decir que los grandes empresarios alcanzan su máximo prestigio cuando tienen una fundación con su nombre o el de su empresa. Las fundaciones les lavan la conciencia.