Hace unas semanas se producía una muerte en el CHUVI, y tras ella un aluvión de culpas, críticas y ninguna purga de responsabilidades. A día de hoy siguen sin saberse las causas exactas, pues el propio Sergas se escuda en que "no pueden trascender" los datos clínicos de la paciente.

Lo que sí sabemos, y por mi experiencia como personal sanitario, es que esto no ha sido un incidente aislado. Y menos aún, una mala praxis. Es indignante que la gerencia del Servizo Galego de Saúde abra una investigación sin reconocer los efectos de los recortes que la sanidad gallega viene sufriendo en los últimos años. Pero es más indignante todavía que el presidente de la Xunta intente culpar al personal del Servicio de Urgencias del CHUVI.

Estoy seguro de que la mayoría de los vigueses y viguesas confían en nuestro personal, porque solo hay que ser un poco observadores. En los centros de salud se han reducido las suplencias considerablemente, ante la falta de un médico o enfermera no se contrata a nadie sino que se reparte el cupo entre las demás consultas, aumentado el tiempo de espera y desbaratando la dinámica de trabajo de los profesionales que asumen esta carga.

En el caso de los hospitales la situación llega a agravarse hasta el punto de afectar a la calidad asistencial. Y no estoy refiriéndome solo a la introducción de materiales más baratos y de peor calidad, sino al recorte de la partida de presupuesto destinada a personal. Se han dejado de cubrir jubilaciones y bajas en distintos servicios hospitalarios, una de ellas en dicho Servicio de Urgencias. La carga de trabajo ha crecido de forma exponencial, pero el personal continúa siendo el mismo o ha disminuido. El propio Feijóo habla en más de una ocasión de las necesidades de Vigo cuando nombra su gran proyecto de "nuevo Hospital", del que, por cierto, seguimos sin tener claro el tipo de financiación o gestión que tendrá.

Pero el mismo presidente de la Xunta olvida estas necesidades cuando asume un recorte presupuestario en sanidad, que afecta a la calidad en la atención al paciente. Las olvida también cuando habla del nuevo hospital, buscando un enfrentamiento con la ciudad y el Concello que roza lo absurdo. Si es la Xunta quien lo construye, debe ser la misma quien asuma el abastecimiento de agua, el saneamiento y el suministro de gas y electricidad. Creo que ya hemos suplido suficientes responsabilidades del Gobierno gallego (Teleasistencia, ayudas de libros escolares, comedores) con nuestros impuestos. Además, la consellería sigue sin aclarar el modelo que pretenden utilizar, hablan de "fórmula público-privada" pero en ningún momento especifican qué tipo de servicios se van a ceder o qué parte de gestión se dará a la empresa privada que participe en la obra. Los sindicatos, ciudadanos y trabajadores tienen claro que el uso y gestión deben ser 100% publica.

La pregunta que surge es ¿Busca Feijóo algún tipo de enfrentamiento mediático y populista con el fin de retrasar la puesta en marcha del nuevo hospital?

Me gustaría hacer un llamamiento a la coherencia de nuestro Gobierno autonómico para que deje de dilatar un proyecto sanitario imprescindible y fundamental para nuestra comarca. Le pido un esfuerzo para hacer realidad el nuevo hospital sin enfrentamientos, con disposición y consenso. Que escuche y tenga en cuenta al personal sanitario, caracterizado por su responsabilidad, profesionalidad y efectividad. A diferencia de lo que nos quieren hacer parecer, intentamos prestar la mejor atención y cuidar de nuestros pacientes con esmero y profesionalidad.

Coherencia y responsabilidad, Sr. Feijóo, coherencia y responsabilidad.