Me refiero a España. Todos los días el mismo hartazgo: que si corrupción, que si sentencias judiciales incomprensibles, que si informaciones periodísticas sesgadas, etc....

Quiero vivir en un país en que se respete al prójimo, aunque su forma de pensar difiera de la nuestra. Que todos seamos iguales ante la ley. Que en lugar de tirarnos los trastos a la cabeza nos dediquemos a lo que realmente importa, que es el bienestar nuestro y de nuestros hijos.

Pueden parecer cosas de Perogrullo, pero es que realmente lo son. ¿Queremos realmente reformar el país? Pues ahí va mi aportación:

En una sociedad democrática moderna es la clase política la que garantiza las libertades de los ciudadanos: libertad de representación parlamentaria, libertad de los jueces para aplicar las leyes y libertad para controlar a nuestros gobernantes. Pero aquí son los políticos quienes lo controlan todo y eso no se puede consentir.

1º) Hay que reformar la ley Electoral. Esta reforma deberá facilitar al ciudadano la elección de la persona que él considere idónea para solucionar sus problemas y exigirle después resultados por su gestión, es decir, listas abiertas. Al mismo tiempo esta reforma deberá privar de protagonismo en el Congreso a los partidos nacionalistas, para que no puedan chantajear al Estado con objeto de conseguir sus fines independentistas. Para ellos está el Senado.

2º) Eliminar la disciplina de voto de los partidos: que cada diputado pueda votar libremente lo que considere adecuado. Hoy bastaría un solo representante por partido para los plenos y nos evitaríamos un gasto excesivo e inútil. (Por cierto, ¿alguien sabe quién es y qué hace en el Parlamento la señora rubia que se sienta a la izquierda de la portavoz socialista Soraya Rodríguez?).

3º) En los debates parlamentarios debería estar prohibido leer. Un diputado tiene que tener las suficientes nociones de oratoria para que su discurso sea convincente y si no, no vale.

4º) Que el Poder Judicial sea políticamente independiente. Ningún juez deberá tener ideología política pues eso hará inevitablemente que sus sentencias sean sesgadas.

5º) Que los bancos estén obligados por ley a tener un coeficiente para créditos de financiamiento a particulares, autónomos y pequeñas empresas, para mover el consumo.

6º) Que los sindicatos, partidos políticos y organizaciones empresariales se financien con las cuotas de sus asociados.

7º) Que se elabore de una vez por todas la ley de Huelga, para que todo el mundo sepa cuáles son sus derechos y también sus obligaciones, y procesar y castigar a los infractores.

8º) Que se haga cumplir la Constitución. Mientras que no se reforme hay que cumplirla, y los responsables políticos que no lo hagan deberán ser inhabilitados para cargos públicos.

9º) Que las sentencias judiciales se cumplan en su totalidad, sobre todo en temas de terrorismo.

10º) Y, último: que se divulgue el incremento patrimonial familiar de todos los políticos durante su etapa pública en los tres últimos gobiernos; y exigir su justificación.

Pienso que así empezaríamos a entendernos.