Tan erróneo es definir pecados en clave sanitaria como enfermedades en clave moral.

Viene esto a cuento porque en la nube internauta leo un consejo para sentirse siempre joven: prescindir de amistades depresivas. Consejo cruel y, sobre todo, mentiroso.

Los enfermos de depresión saben que su tristeza no es imputable a propia responsabilidad moral sino a la prolongada caída de los niveles de serotonina/dopamina en su cuerpo, efecto sobrevenido y no buscado . Muchos enfermos depresivos procuran mirar a la vida con esperanza. Eso les cuesta, y por eso son admirables.

Y ahora ¿quien no conoce a más personas que sin padecer depresión insisten en poner la lupa en lo negativo y en cerrar los ojos a lo positivo? De éstas, no de los enfermos, es de quien hay que escapar si uno aspira a sentirse joven a cualquier edad .

Doy por supuesto la buena intención del consejero pero es evidente su metedura de pata. Para definir lo que pretendía el Diccionario de la RAE dispone de una palabra más precisa: derrotistas.