No sé por dónde empezar, por lo que creo que lo mejor es que vaya al grano. Según se presupone en el anteproyecto de la LOMCE, nuestro sistema educativo del siglo XXI, definitivamente, sufrirá un retroceso con esta nueva reforma. Una reforma que es una patraña y no tiene en cuenta las necesidades de la realidad social actual. Se pretendía mejorar la ley de educación y lo que se consigue con ella es destruir la educación. ¡Menuda mejora! Al leer el borrador, me escuece la úlcera, allá donde se encuentre, ya que me sobrecogen muchos puntos de la misma y me asombra que no se apueste, ni un ápice, por la tecnología y la educación tecnológica. Para mí, un gran error que lamentarán futuras generaciones. Quizás sea una ilusa, pero una ilusa que se siente abalada por la totalidad de sistemas educativos europeos y no europeos que sí están funcionando y cuyos gobernantes se toman en serio la educación. Ellos no se plantean si la educación tecnológica es indispensable. No, no lo hacen porque lo tienen claro: obviamente, lo es. Y me pregunto, a quién le importa.

Repaso qué hicimos mal y el caso es que, en verano, recuerdo que no nos hemos cruzado de brazos sino que hemos realizado esfuerzos por comunicar ante el MECD la necesidad de mejorar o por lo menos, continuar apostando, por los estudios de esta materia. Intento ser realista y observo la realidad, la nuestra, la de verdad, la que nos avecina y pienso que quizás no interese que España despunte. Es más, no puedo evitar extrapolarla a futuras generaciones y lo que veo me apena. Aquí también me pregunto si a alguien le importa.

Me sincero. Nunca tuve muchas esperanzas, ni siquiera la certeza de ser entendida por mucho castellanito que las dos partes (profesorado de Tecnología y MECD) hablaran. Pero, aun con pocas esperanzas, he comenzado el curso con ilusión, con proyectos, con ideas... Y sigo en mis trece, a quién le importa.

Y finalizo ya. Leí en no sé dónde (lo siento, no lo recuerdo exactamente, pero podéis estar tranquilos que no era el Pronto) que el neurocientífico Peter Whybrow decía que "los seres humanos se pasean por ahí con unos cerebros tremendamente limitados y que teníamos el núcleo de un lagarto". Pensé, "¡vaya, qué exagerado!". Pero me temo que el señor es muy sabio y tiene más razón que la que en principio le di, tanto, tanto, que creo que esto contesta a mis preguntas.