Observo detenidamente el formidable despliegue en medios de comunicación del Ejército en el incendio de Laza y cuesta no descorazonarse.

Ver el puesto de mando del incendio con pantallitas, ordenadores portátiles, punteros digitales, mapas ad hoc y las explicaciones del "experto" ¿? a la ministra del ramo lleva, cuando menos, a frotarnos los ojos para advertir que no es una churrería de Mambís lo que está montado para la foto. Se adjunta también el viaje en helicóptero de la titular de Defensa y otros, con aire circunspecto sobrevolando la zona quemada, amén de unas personas enfundadas en rojo alrededor de un mapa de campaña sobre un todoterreno. ¿Han reparado en la impoluta limpieza de las fundas de las personas vestidas de rojo? ¿Cuántos arañazos de maleza tienen los camiones motobomba fotografiados? Para qué seguir.

Este año no hubo grandes incendios en la piel de toro, lo que justifica hacerse unos bolos en Galicia, aprovechando el Xacobeo, pensarán los encargados de la propaganda ministerial. En la banda sonora no pondrán, no, a La Lupe, cantando "Puro Teatro". Seguimos como siempre. Calcular que con el viaje en helicóptero de la ministra y otros, desplazamiento del mismo, avión ida y vuelta a Madrid, vehículos, escoltas, cuchipandeo y el formidable montante justificando las dietas de todo el personal desplazado para el reportaje, etc. se compraría un imprescindible camión motobomba para la extinción de estos incendios forestales, conduce inevitablemente al desasosiego. Que la gente que de verdad se bate el cobre al calor de las llamas en estos infernales incendios viaje en obsoletos todoterrenos cargados hasta los topes de extintores, ropa, hachas, motosierras, linternas, bocadillos traídos de su casa, etc. por interminables pistas, que se ayuden de desvencijados camiones motobomba en su tarea y que les den una patada en el trasero al cabo de dos meses si el metereólogo de turno amenaza lluvias otoñales es espantosamente triste. Mientras unos andan de romería y organizan verbenas sin orquesta, otros apartan tábanos con la mano en las horas en que ni los grillos frotan los élitros. Ya está bien de tanta burla en los medios de comunicación. El trabajo en la extinción de los incendios forestales, en Laza y en todos los sitios, tiene unos protagonistas y estos son en su práctica totalidad, los brigadistas, capataces y agentes forestales. Que los conatos, cuestión para muchos desconocida, son incendios evitados por los brigadistas con su pronta y eficaz actuación antes de que se ponga determinada gente delante del objetivo de una cámara. Que por mucho que lo repitan, para nosotros, mil millones de moscas están equivocadas. Vivimos el medio ambiente y apagamos su cáncer, los incendios forestales. Otros hacen fotos.