Con increíble sorpresa leí hace unos días en Faro de Vigo la noticia de que la Universidad de Vigo lidera el mayor proyecto de cooperación en nanosatélites de la Agencia Espacial Europea, con el que esperan alcanzar, entre otras cosas, nueva información sobre el "Big-Bang", la tremenda explosión, hace unos 14.000 millones de años, de una partícula minúscula, de densidad y temperatura casi infinita, que dio origen a nuestro universo.

Asistí en la parroquia de La Soledad de Vigo, a una interesantísima charla-coloquio sobre este tema, dado por el jesuita Padre Carreira, antiguo alumno del colegio Apóstol Santiago de Vigo y astrofísico de primera línea formado en Estados Unidos, cuya tesis doctoral fue tutelada por un premio Nobel, y que trabajó para la Nasa, también colaboró en el observatorio astronómico del Vaticano, etc. En su conferencia, de una manera muy amena y en un leguaje sencillo, nos desveló a los no expertos, cómo tras la explosión del Big-Bang, obedeciendo siempre unas leyes físicas universales inmutables, se fue desarrollando el Universo en fases sucesivas hasta llegar a la formación del planeta tierra y sus habitantes, y nos dejó boquiabiertos al verificar que lo que leemos en el primer capítulo del Génesis sobre la creación del mundo, si dejamos a un lado el lenguaje "poético" del libro sagrado, y damos al día bíblico el valor de unos miles de millones de años, lo que nos describe coincide en su totalidad con el proceso evolutivo real aceptado por los más eminentes científicos de hoy.

Yo creía que de la simple evolución de los elementos materiales, jamás se llegaría a crear vida. Sin embargo el P. Carreira opina que habiéndose dado unas condiciones especialísimas, y que un realista cálculo de probabilidades hace casi imposible que se repitan en otro planeta, se llegó a crear "vida"... En cambio no ve posible el trascendental paso de la vida animal a vida inteligente por simple evolución de la materia, y para dar ese paso cree, fue necesaria una nueva intervención directa del Ser Superior exterior al universo y sus leyes. Curiosamente, también eso está reflejado en el Génesis, porque hasta llegar a la creación del hombre narra la actuación de Dios en tercera persona: Haya luz..., haya firmamento..., sepárense las aguas..., brote la tierra seres animados según la especie, etc. Pero al llegar al hombre no dice: "hágase el hombre", sino que define con rotundidad: "hagamos al hombre..."

El P. Carreira, y yo también, estamos convencidos de la existencia de ese Ser superior infinitamente sabio, poderoso y eterno, creador del Big-Bang y de nuestro maravilloso universo, pero yo me lamento de que fue algo tacaño conmigo porque me dotó de una limitadísima inteligencia, con la que no alcanzo a comprender su naturaleza, ni su existencia, y muy poco de su manera de actuar, pero aceptando sin dudas su infinito poder. Me aferro a mi "fe de carbonero" (fundadas razones para creer sin llegar a entender), afortunada herencia de mis padres, con la que vivo en paz, con alegría, y sobre todo, con enorme confianza en el más allá.

Hay quienes admiten la teoría del "Big-Bang", pero queriendo creer que esta partícula y su explosión surgieron en la nada y de la nada, y que las leyes inmutables universales son fruto de la "casualidad". Mi inteligencia para aceptar tal supuesto exigiría infinitas dosis de ingenuidad, que tampoco el Creador me las concedió.

Sobre el "Big-Bang" espero con ilusión recibir "nuevas luces" de mis paisanos científicos de la Universidad de Vigo.