Hasta el momento, la lucha por la igualdad no ha sabido reivindicar con la firmeza necesaria los derechos y la igualdad de oportunidades de las mujeres que quieren ser madres. Toda la lucha feminista no ha conseguido evitar que anualmente miles de futuras madres pierdan su puesto de trabajo, o se detenga su promoción laboral. En pleno siglo XXI la maternidad está penalizada social y laboralmente. La mujer que desea y elige ser madre es incomprendida en muchas ocasiones por su propia pareja y familia, en su lugar de trabajo, por amigos y conocidos. Si es madre por segunda, tercera o cuarta vez, se le da el pésame más que la enhorabuena por su embarazo. Y si es adolescente o espera un hijo discapacitado, las presiones para que aborte llegan a niveles denunciables.

En este día tan reivindicativo, hay que denunciar que millones de mujeres en todo el mundo se ven obligadas a renunciar al hijo que esperan cuando un embarazo es causa del abandono de su pareja o familia, la pérdida de su empleo, la marginación. Esas mujeres habrían elegido ser madres si se les hubiera dado una oportunidad, si hubieran tenido a su disposición ayudas sociales eficaces, e información sobre el sufrimiento que se esconde tras el aborto.

Y esta realidad, se agravará en el futuro. La nueva ley del aborto, impulsada por los centros abortistas, consagra una perspectiva machista vestida de feminismo trasnochado. Intenta vender como derecho lo que es una traición a la mujer. Esta ley va a suponer una desprotección todavía mayor de la mujer embarazada, que quedará a expensas de las presiones de su entorno y será culpabilizada por esperar un hijo. Esta ley no protege el derecho de las mujeres a ser madres sin perder la dignidad laboral, el reconocimiento social, las relaciones personales y familiares o los estudios.

Es responsabilidad de todos, hombres y mujeres, decir alto y claro que el aborto daña a la mujer, que no es una solución solidaria ante un embarazo imprevisto. Defendamos el derecho de toda mujer a ser madre y a recibir el apoyo social necesario para que este derecho no se convierta en privilegio de unas pocas.