La piedra más importante de una construcción es la piedra angular. Antiguamente, ésta servía de referencia para las dimensiones del edificio y a través de ésta se unían las paredes.

Al igual que la piedra angular, el consumo es el origen de la economía y el punto céntrico de ella, todo gira en torno al consumo.

Pero para que la gente consuma se tiene que dar un clima adecuado para ello, primero tiene que haber una necesidad real o creada, luego tiene que haber dinero para pagarla o financiarla y por último tiene que haber confianza en que los ingresos futuros están medianamente asegurados, para que de esta forma una compra actual de un bien no afecte a consumos de primera necesidad futuros. Este clima de confianza también es necesario a la hora de financiar cualquier tipo de compra.

El primer martillazo a la piedra angular y el más fuerte ha venido de la banca, de ahí la crisis financiera. Luego la falta de confianza sacude otro potente martillazo, el pánico cunde en las empresas y los despidos de trabajadores proliferan a mansalva. Es evidente que con estos dos martillazos se le quitan a uno las ganas de irse a tomar unas cañas.

Entonces es cuando "papá estado" interviene, y nos presenta un plan de estímulo económico que intenta estimular la tiesa economía. Sin embargo el estímulo es temporal, descoordinado, impreciso y sus efectos además de reventar la caja estatal se quedan en meros cuidados paliativos a una enferma economía que lo que requiere es la coordinada y precisa intervención de un equipo de expertos cirujanos, previo análisis exhaustivo de la situación del enfermo y de las consecuencias de las múltiples intervenciones a las que debe someterse. ¿Quizás debiéramos poner la economía en manos de los médicos?

Pero por si fueran pocos los martillazos que se sacuden a la piedra angular de la economía, el gobierno ahora va y lanza un globo sonda y dice que va a subir los impuestos indirectos sin precisar cúales, penalizando de esta manera el consumo.

Y para colmo de males la gripe A, nos invita a quedarnos en casa en lugar de irnos de compras.

Con el grifo del crédito cerrado, riesgo de contagio de la gripe A, sin saber si mañana mantendremos el puesto de trabajo y aún por encima pagando más impuestos, mis felicitaciones a todos los que tengan el coraje de ir de compras y así contribuir a que la economía no se hunda. Son unos héroes.