Según nuestro diccionario es la decimonona letra del alfabeto. Es justo la del medio y es de las más usadas, vean sino: El pillo Pepe el del Popular, no del Partido opositor, ni tampoco el defensa del Madrid, no tendrá que pagar pena alguna porque el pelotacillo de su presunta pillería prescribió. Siendo nuestro país el de la picaresca y pandereta, no es de extrañar que pululen por la piel de toro tantos pícaros de mano negra y guante blanco, que dejan sin parné a muchos paisanos, paganinis de todos estos pájaros de cuenta. El pajarraco dice no poseer la pasta, como todos, y el Popular insiste en ir a por él, por medios judiciales, y así pague al populacho con su pena, porque el prófugo afirma que de la panoja nada de nada. Un proscrito con el delito prescrito. ¡Pasmaos! Nos hemos quedao los pringaos perpetuos, es decir: los panolis, los parias, los paletos, en definitiva, el pueblo, cuando la policía le prendió, probablemente palideció y cuando pensó en el presidio momentáneo que le esperaba, se alegraba porque, la ley española le protegió, cuando el juez le dijo: ¡coja la puerta y salga! Ni en México ni en España, su delito ya pasó!

¡Ay! José, Pepe para los amigos, Robin Hood, posiblemente para muchos desde ahora… ahora sí que serás popular. Cuando regreses a España serás recibido con todos los honores por un batallón de periodistas y unas salvas de flashes. No te llegará la agenda para las invitaciones que te cursarán las cadenas televisivas para que les cuentes tu hazaña. Posiblemente cualquier director o productor cinematográfico, ya esté pensando en una película sobre tu vida ejemplar. Serás un Dioni más, y a lo mejor hasta formáis un dúo, me refiero para cantar. Él hasta grabó discos, actuaba en salas, acudía a televisiones, en fin que la fama te espera. Los jóvenes verán en ti al paradigma del triunfo rápido en la vida. Imagínatelo: película, tertulias, colaboraciones, protagonistas de videojuegos, cómics y todo un etc., que evidentemente te generará una buena plata y eso… ¡a vivir como un pachá! Mientras, los primos continuaremos viviendo de la honradez. Pobre San José, patrono y tocayo nuestro, lo has deshonrado. No pringarás ni un día en los presidios españoles, porque la ley en este pueblo grande llamado España, te cubre las espaldas. Nuestra Policía es muy eficiente encontrando al personal, pero nuestras leyes y en muchas ocasiones nuestros jueces dejan que desear. Eso sí: la pasta, la panoja, la plata o el parné, que todo es lo mismo, pulula por no se sabe dónde y no aparece jamás. Sería hora de que nuestros legisladores adaptasen las leyes a los tiempos y en muchísimos casos la condena estuviese impuesta en función de la entrega o no del dinero por parte del delincuente. ¡Ah! y a la vista de la prescripción de los delitos, sería un tema para la polémica y el debate también. La verdad es que la P de Pepe da y dará para mucho y muchos que hablar.