Escritoras, periodistas y directoras de publicaciones diarias empiezan a mirar con desencanto la banalización de la imagen de las mujeres que ofrecen las páginas de algunas revistas y periódicos, ya que falta coherencia en el tratamiento con los denominados logros feministas, que hasta hace poco auguraban una nueva etapa para las mujeres, porque ¿qué ha ocurrido con la buena fe y el optimismo de las feministas de los años 70?

Las revistas para adolescentes y jóvenes son profundamente sexistas y sólo se centran en la imagen y el atractivo físico y casi ridiculizan todo lo demás, animando a tener el cuerpo de una estrella; pero como eso parece inalcanzable para la mayoría, el resultado son crisis de ansiedad, inseguridad y baja estima entre las jóvenes; aunque no es sólo preocupación por el físico, sino también la búsqueda de una apariencia provocativa, o sea, que se están resucitando los estereotipos de la sexualidad femenina que el movimiento feminista se esforzó en erradicar, en bien de las mujeres.

La antes elegancia del papel cuché ha dado paso a la vulgaridad y a la provocación, a desnudar a actrices y a personas conocidas que no habían necesitado este recurso para triunfar. Parece que los medios de comunicación deberían ser más responsables y difundir imágenes más positivas, sobre todo por la gente joven y las adolescentes, que no son capaces de escapar a esa influencia.