Así se despide a un presidente de los Estados Unidos.Y por supuesto, tras el final de un ciclo, se hace balance.Hagamos un breve ejercicio de memoria, y recordemos el breve pero intenso periplo del señor Bush lejos de su Texas natal. Podemos echar mano de las hemerotecas y conocer la juventud del que años más tarde se convertiría en líder de la primera potencia mundial, pero obviaremos esa, cuando menos,“revoltosa” etapa y recordaremos hechos más actuales. En lo que se refiere a política internacional,el legado del señor Bush tardará en ser olvidado.Hace poco, en una tertulia radiofónica, escuché la opinión de un colaborador,que algunos tacharían de “conspiranoica”, pero que no está exenta de razón. Decía que los Estados Unidos,a lo largo de su historia, había necesitado de una excusa para iniciar las guerras.Tanto para su independencia, como para su expansión. No olvidemos que el señor Bush, con el apoyo de algunos países, invadió dos estados soberanos. Siete años después los conflictos siguen más vivos que nunca. Un continuo derramamiento de sangre inútil. Con su diplomacia refinada mantuvo tensiones innecesarias con otras potencias mundiales, y supo salir airoso haciendo gala de su lado más campechano y locuaz.Y es que él es así.Ya se sabe que un buen chiste hace milagros, aunque luego seas culpable de un bombardeo indiscriminado. Pero no todo va a ser malo en la gestión de la administración Bush, ¿no? Hablemos entonces de temas económicos. Bueno será mejor que pensemos en un buen chiste que nos hayan contado hace poco. ¿Qué se puede decir sobre un país endeudado como nunca y de una crisis internacional con cifras astronómicas? ¿Alguien da más? Caray, estas líneas se quedan cortas para narrar tamaña biografía. Y es que deberemos dejar para otro momento temas como el recorte de libertades civiles, su polémico escudo antimisiles y ese amor que siente por los españoles. El sentimiento es mutuo, señor Bush. En fin, demos gracias a esa carta magna que pone fin a su presidencia y entonemos todos juntos una despedida más “a la gallega”:“Bush, adeus para sempre, adeus”.