Hace 2008 años.. en una noche como esta... los descendientes de Abraham esperaban -sin saber cuándo ni cómo iba a ocurrir- la llegada del Mesías que el único Dios había prometido enviar a su pueblo para salvar a la humanidad... y cuando llegó no lo recibieron... a pesar de lo cual el Mesías cumplió fielmente la promesa repetidamente anunciada por los profetas y todo lo que de él se había dicho...sucedió. A partir de esa llegada empezó una nueva época para el hombre y comenzaron a contarse los años como indicando que el tiempo de espera (la plenitud de los tiempos) se había cumplido dando paso a la nueva era. Nosotros sabemos muy bien dónde, cuándo y el porqué comenzó esa fiesta,pero muchos se preguntan si las celebraciones que hacemos cada año en la cena de Nochebuena y la Navidad del siguiente día son realmente la conmemoración de ese suceso o solamente el prólogo de la gran fiesta de Fin de Año. ¿Celebramos nosotros la llegada del Mesías, el Cristo, el hijo de Dios,el hijo del hombre,el redentor, con la alegría de lo que eso realmente significa o...solamente con la alegría de un nuevo encuentro familiar, el banquete, los regalos, un año más de vida que alcanzamos..? Las festividades religiosas parecen ser, para mucha gente, tan sólo pretextos que justifican festejos sociales en los que lo religioso simplemente se acepta para decorarlo de solemnidad. España es un país mayoritariamente católico y, a pesar de las dificultades que se están creando para que deje de serlo, esa mayoría católica que respeta la libertad de creencias y de cultos de otras religiones, no puede tolerar de ningún modo que se nos margine para apoyar prioritariamente a unas minorías que en algunos casos proceden de países en los que no se permite el culto católico. La Navidad es una festividad cristiana muy española y los belenes no están reñidos con Papá Noel, pero tampoco les pueden ceder su puesto como la Navidad al Fin de Año...o simplemente a intereses comerciales, sociales, etc. La Navidad es la celebración del nacimiento del Mesías, día grande que señala el comienzo de la cristiandad y como tal, motivo de alegría para la gran mayoría de nuestra querida España.