Una gran mayoría de ciudadanos somos cada vez más conscientes, máxime ahora en que la Constitución conmemora sus treinta años de vigencia,de que el artículo 47 tiene que ser una realidad y reivindicamos su derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada,instando a los poderes públicos a que cumplan con este derecho constitucional para todos los españoles. En Galicia,la Consellería de Vivenda de la Xunta pretende ponerse las pilas y,ante la insuficiencia de suelo público urbanizable, desea llevar adelante un ambicioso plan de construcción de centenares de viviendas protegidas en varios ayuntamientos, entre ellos en el de Ribeira.Y aquí surge el problema con los propietarios de los terrenos privados en los que se pretenden realizar esas actuaciones, que no están dispuestos a que les apliquen la figura administrativa de la expropiación forzosa y mucho menos a regalar los terrenos, por cierto éstos bien situados y cercanos a la playa de Coroso. La Xunta de Galicia debería tomar ejemplo de otras comunidades españolas y elaborar planes conjuntos bajo la coordinación entre las diferentes corporaciones locales, las Diputaciones y la propia Xunta en vez de adoptar decisiones de manera unilateral. La mayoría de ciudadanos coincidimos en que es necesario construir viviendas protegidas y que hay una clara falta de suelo público urbanizable, pero la diferencia está en que muchas administraciones optan por la compra de terrenos privados en vez de expropiar los mismos y perjudicar el derecho a la propiedad privada que tiene todo ciudadano. La vivienda, como derecho constitucional, debería ser una prioridad para cualquier gobierno que se precie de ejecutar políticas sociales,favoreciendo la construcción de viviendas protegidas de promoción pública; fomentando el cooperativismo como vía alternativa; suprimir las trabas administrativas respecto a la autoconstrucción de viviendas y movilizar el suelo público liberado de su uso administrativo,para destinarlo,preferentemente a la construcción de viviendas protegidas.Por otra parte, las políticas activas de vivienda deberían estar basadas siempre en la participación,el diálogo y la concertación con todos los estamentos sociales para evitar situaciones lamentables como las que padecen, en estas semanas, esas decenas de vecinos del lugar de o Caramecheiro en Ribeira.