Por más que pienso y rebusco en mi mente, estos días revuelta por los acontecimientos que todos conocemos, sólo encuentro preguntas sin respuesta y recuerdos de Paulino de estos últimos días y de hace muchos años. Recuerdos que resurgen a todo momento,cuando estoy en casa; cuando voy al trabajo, en el cual no existo porque mi mente no está allí; cuando voy conduciendo. Resurgen tal volumen de vivencias, reuniones, conversaciones,fiestas y tal cantidad de anécdotas en las cuales nuestro amigo Paulino era el protagonista que seguro que necesitaría muchos días para contarlas. Pero este no es el fin de esta reflexión. Todos sabemos sobradamente que se nos ha ido para muchos en el sector mejillonero una persona ejemplar, alguien en quien muchos querrían reflejarse de alguna forma, alguien especial que brillaba con luz propia y a quien todos nos gustaría parecernos. No tengo sino para él palabras de agradecimiento y muchos de mis compañeros, estoy seguro que también.Un hombre trabajador de sol a sol,al que estos días de locura y anarquía en los muelles llevó a la tumba. Paulino era objeto de presión por unos desalmados que acudían al muelle de Domaio, algunos sin conocerlo ni en fotografía. Nosotros los que le conocíamos y tratábamos todos los días con él y sufrimos junto a él la presión de estos sinvergüenzas sin compasión, vimos como día a día nuestro amigo Paulino se bloqueaba mentalmente, cada día un poco más y un poco más, tanto que ya no sabía cómo iba a hacer para organizar la descarga para la fábrica, algo que sabía hacer con los ojos cerrados, y hasta preguntaba cómo había que cubrir las guías de descarga. En definitiva,había borrado de su mente algo que llevaba haciendo más de 30 años, era como si el disco duro de su mente se lo hubiesen cambiado por otro y no trabajara como siempre. Estoy escribiendo estas líneas y estoy llorando como un niño. Sigue sin gustarme el título de mi carta y me viene a la mente una prima lejana de Paulino a la que él tenía en buena estima y la que yo le criticaba muchas veces en su presencia y que él defendía. Hoy más que nunca la critico pero no porque ella sea la conselleira de Pesca o porque no sepa donde tiene la mano derecha, o porque no tiene ni idea del trabajo que desempeña. Hoy la critico desde el dolor porque como persona tiene poca catadura moral. Estamos esperando que se dirija a la familia o a esta asociación de la cual Paulino era el presidente, la única asociación mejillonera en el ayuntamiento natal de la conselleira, vecina de Paulino a menos de 1 km. de distancia.Pero seguro que estos días tiene cosas mejores que hacer que asistir a un funeral o a un tanatorio a despedir, junto al resto de sus vecinos, a nuestro amigo Paulino. Esta actuación lo dice todo de ella como persona, como vecina y como conselleira. Dice algún vecino cercano que está muy ocupada maquinando cómo va a hacer ahora con su casa afectada por Costas y ayudando a estos piquetes casi terroristas a imponer su ley, que nos impide trabajar dignamente. Señora conselleira acabamos de enterrar a Paulino y no sabemos nada de usted, sólo sabemos que ayuda a unos dictadores a poner normas que nadie quiere en los muelles. Esto no es una democracia, a esto se le llama dictadura, algo que, aunque parezca mentira está imponiendo con decretos una conselleira que se dice de izquierdas. Para acabar con el tema, me río yo de la dictadura de Franco. Eso fue un flan si lo comparamos con esta conselleira de Pesca que tenemos. Como autoridad que es, de momento, debe y, le exijo desde aquí, que pare toda esta locura sin precedentes y haga honor al puesto que ostenta de una vez por todas, porque lo está desvirtuando por completo, bájese de la nube y aterrice ahora que aún está a tiempo. Todos los compañeros de Paulino en AMESA estamos sufriendo lo indecible estos días y aún no nos creemos que Paulino se haya ido. La vida sigue,como se suele decir, y no podemos hacernos a la idea de que él ya no está. Yo, como secretario de AMESA y en nombre de todos los socios, sólo pido dos cosas y espero que se puedan entender por unos y por otros: Respeto a la familia y a la memoria de nuestro amigo, que vivirá siempre en nuestros corazones, y os pido que, cómo a él le gustaría, todos podamos convivir de una vez por todas en paz y libres y cuando digo libres lo digo en el amplio sentido de la palabra sin cortapisas que nos impidan desarrollar nuestra profesión y nuestro trabajo con dignidad. Os doy las gracias en nombre de la familia y en nombre de todos los socios de AMESA por vuestra asistencia al sepelio de nuestro amigo y recordar a Paulino como era él, aquel hombre bajito pero con un gran corazón al que todos hemos acudido en alguna ocasión a solucionar un problema o a pedir consejo, y que nos enseñó a muchos la profesión a la que nos dedicamos hoy.