Tendemos a pensar que las madres somos las principales educadoras de nuestras hijas, mientras que a los padres les corresponde un papel secundario; pero con frecuencia se olvida que, además de la relación y los cuidados, las niñas necesitan un padre que les dedique tiempo y atención, ya que son los padres los que mejor pueden ayudar a sus niñas a interponerse entre ellas y el ambiente social que les rodea. Si analizamos bien lo que conocemos, tendremos que admitir que ninguna influencia llega a la que en una chica puede ejercer un padre. Las niñas,de pequeñas,consideran a su padre un héroe. Cuando crecen, se dan cuenta que son personas corrientes; pero eso no importa, siguen pensando que son héroes si viven con integridad y honradez, de ahí que la autoridad paterna sea crucial para las chicas y de hecho, las jóvenes más problemáticas e infelices son las que han tenido padres muy permisivos, ya que hay que tener presente que si un padre no es guía para su hija, su autoridad quedará suplantada por la de otra persona,beneficiosa o perniciosa.