Lo de la ministra de Igualdad va para nota, pero para nota la que está dando. Lo de las miembras y la biblioteca para mujeres son anécdotas, por no decir estupideces, pero lo que continuamente sale anunciado en televisión y radio con el sello de Ministerio de Igualdad es bastante más preocupante. En el anuncio en cuestión se ve a un delincuente leyéndole la cartilla en prisión a un maltratador. Lo más probable estadísticamente es que el íntegro amonestador sea un narco que haya hecho descender directamente a los infiernos a muchas madres de adictos a su mercancía, o un violador, o un asesino (a la prisión no van los que cometen faltas), que cara de bestia para ello tiene; pero, en cualquier caso, se trata de un desviado que difícilmente va a tener autoridad moral para hacer ese tipo de reproches.

Pero la cuestión es más grave, porque con ese desbarro de anuncio, la ministra invita a tirar la primera piedra y lapidar al maltratador en prisión, añadiendo un estigma extra y multiplicando la pena impuesta por los jueces, de forma graciosa e irresponsable. Sí, irresponsable, porque ese insulto, "cobarde", a un hombre que efectivamente aparece acobardado y atemorizado, sólo será el primer paso; una población mayoritariamente agresiva como la reclusa nunca se pararía ahí.

Con este desvarío, la ministra invita a acosar a un hombre que debería ser socializado y rehabilitado con cursos y terapias de grupo, no con hostigamiento carcelario por parte de otros delincuentes que, según la filosofía del anuncio, hayan hecho lo que hayan hecho, son mejores y, por tanto, tienen la integridad y decencia de amonestar y reconvenir.

La señora ministra se ha aventurado a llevar su mensaje "tolerancia cero" a un submundo como el carcelario del que sin duda lo desconoce todo, como que el maltrato y el desarraigo la mayoría de los internos lo llevan grabado a fuego desde la niñez. Se nos vendió la juventud de la ministra como un "mérito", y el resultado es atrevimiento por ignorancia. No lo duden, seguirá dando la nota... y cada vez más desafinada.