A pesar de que el señor Zapatero, al ganar las elecciones, prometió rectificar los errores cometidos en el pasado Gobierno, no lo ha hecho, sino todo lo contrario y parece que quiere pasar a la historia como un gobierno destructivo del pasado y eliminador, queriendo borrar totalmente la historia de siglos de España y hasta sus ministros (miembros y miembras, como dijo una ministra), se creen tan poderosos, que pueden cambiar a su antojo o criterio todo lo establecido, como fue el caso de la ministra Chacón, intentando suprimir la misa en la Escuela Naval de Marín, en la entrega de despachos, que se celebra hace cincuenta años, por deseo de los propios militares, sin intervención del Ministerio y que es una tradición de medio siglo.

El Gobierno quiere pasar por demócrata, tolerante y de buen talante, dicho por el propio Zapatero, y más parece una dictadura que impone sus leyes, sin contar con los muchos millones de españoles que están en desacuerdo con ellas, como hacen todos los dictadores. También quiere acabar con la Iglesia Católica y la religión, pues no pueden disimular el odio que le tienen; pero pierden el tiempo que debían emplear en resolver tantísimos problemas importantes que tiene España y los españoles y nunca con la Iglesia y la religión podrán acabar, por más que se empeñen y quieran provocar enfrentamientos y rencores entre los españoles. También parece que a las y los ministros se les sube mucho el alto cargo a la cabeza, que les da poder, y creen que todo es posible según sus criterios, para poder hacer o deshacer todo lo que se les ocurra.

Señores: el rectificar es de sabios y más si es por el bien de todos o muchos.