Esta disciplina viene siendo la antigua Urbanidad de la época franquista pero sin las cortapisas de ésta, o lo que pudo ser con la II República. La que se va a impartir pretende ser una filosofía para la convivencia, léase relación padres e hijos, para conocer y vivir mejor, marcando unas pautas.

Otra norma sería respetar a los mayores, que se traduciría en por ejemplo ceder las plazas en los transportes urbanos; aceptar sus consejos que viniendo de las personas de edad son más sabios por aquello de que la vida es una que muy buena consejera.

Con las embarazadas pasa otro tanto, además necesitan más protección pues una caída puede ser peligrosa. Esta educación debe contemplar unos conocimientos de la observancia de las normas viales y peatonales, no sólo conocerse, también respetarlas. Cuidar el mobiliario público, no tirar papeles ni colillas; pasear los perros recogiendo sus deyecciones; depositar los envases de vidrio, los cartones y papeles, las pilas y los plásticos en sus contenedores.

Erradicar la violencia, la de género en particular.Y, sobre todo las drogas (cuya dependencia acarrea trastornos irreparables). También sería deseable no caer en conductar ludópatas que arrastran a otros juegos y apuestas en general.

La educación sexual es primordial para evitar embarazos no deseados, usando métodos anticonceptivos, para que el sexo no sólo implique procreación sino placer.

La educación que tratamos implica conocer todos los sistemas filosóficos y están ahí y que conforma los ideales religiosos y filosóficos al uso.

Todo esto se resume con un comportamiento que soslaya la violencia, la falta de respeto y de educación, la ausencia de buenos modales, el egoísmo, y sí la lectura, el deporte, el estudio y el trabajo.