Hace bastantes años (yo tengo muchos) que llegué a la conclusión de que los más hermosos valores se han perdido pero lo que nunca pude imaginar es que el mundo se haya vuelto loco.

Con este preámbulo quiero referirme a la reciente ley aprobada por el Parlamento Europeo acerca de los inmigrantes ilegales y me avergüenza el que tan poco en este país la critiquen o la rechacen.

¿Es que sólo nos interesa esta pobre gente para explotarlos laboralmente? ¿Dónde están los sentimientos de solidaridad, comprensión y justicia social? Y no menciono los de caridad porque hasta parece que la religión no está de moda.

¿Dónde están? ¿Por qué callan las instituciones benéficas, las comunidades religiosas, las asociaciones pro-derechos humanos? ¡Es algo incomprensible!

Yo admito que los extranjeros que trafican con droga, a los que son detenidos por pertenecer a mafias o bandas organizadas, que asaltan bancos, chalets, etcétera, que trafican con todo lo habido y por haber, estén o no documentados se les expulse inmediatamente del país, después de haber cumplido la condena que les corresponda y sin esperar dieciocho meses siendo una carga para todo español.

Seamos realistas y sinceros, ¿por qué semejante castigo para los indocumentados que han escapado de su país por estar en la miseria? Buscan solamente un puesto (con todos los derechos humanos a su favor) en la sociedad. ¿Y por qué no la nuestra? Desean un trabajo honesto únicamente y se conforman con lo mínimo. Aquí se consideran felices y comen una sola vez al día, carecen de lo más indispensable y sobre todo no han cometido delito alguno. Respetan hasta los semáforos y cuando están en rojo no se les ocurre cruzarlo como hacemos la mayoría de los españoles, viven como ratas ocultos por temor a que los detengan. Son sinceros, trabajadores sobrios y sufridos hasta lo más inverosímil. ¿Es acaso justo que estén en esa situación durante tres años para que se les concedan unos miserables papeles? ¿Es que ya no aceptamos la mano del hombre honrado sea ésta amarilla o más o menos morena?

¿Dónde está la justicia? ¿Cómo es posible que se califique a todos los inmigrantes por igual, sean delincuentes o personas decentes? ¿Se dio ese mismo trato a nuestros compatriotas cuando emigraron en tiempos pasados a Hispanoamérica o a Alemania?

Juzguemos señores (políticos y gobernantes) por los méritos individuales y necesidades, porque al fin y al cabo ¿qué son los papeles?, ¿de qué sirven si los mafiosos, violadores, sádicos, pederastas y maltratadores, traficantes, políticos corruptos y nefastos, los tienen en regla y no se castigan correctamente?

Por Dios bendito, forjemos leyes justas, razonables no absurdas y no midamos por el mismo rasero a todos. Pensemos que a fin de cuentas todos somos ciudadanos de este mundo.