En el año 2007 un joven oriundo de Santiago de Compostela mató a su novia de origen boliviano asfixiándola en medio de una pelea. Él mismo llamó al 112 y a la Guardia Civil , y confesó su crimen. Un jurado popular lo condena a dos años de cárcel por homicidio imprudente, alega que no tenía intención de matarla y estaba bajo los efectos del alcohol y la cocaína. En cinco horas un grupo de personas cuya composición desconozco ha decidido que un homicidio es imprudente (¿hay prudentes?) y que el alcohol y las drogas son atenuantes....

Yo pregunto: ¿La mató o no la mató? ¿Responsable de la ingesta de alcohol y cocaína es el homicida o la víctima? ¿La violencia ejercida sobre una persona hasta matarla, en este caso la pareja, es delito o no? Y por último, no me queda más remedio que preguntar, ¿si la víctima no fuera extranjera y no trabajara en un club de alterne el veredicto hubiera sido otro?

Tal vez debamos revisar la decisión de tener jurados populares en una sociedad que aún no está concienciada. Con un jurado como éste se están aprobando el alcohol, las drogas, la violencia machista y, ya que estamos, la xenofobia.